Alemania permite la entrada de rumanos en plena pandemia

Que paguen 60 € al día y no necesitarán esclavos rumanos

Albacete Cuenta

Las imágenes de caos esta Semana Santa en un aeropuerto rumano, en la salida de temporeros rumbo a la rica Alemania, nos han dejado estupefactos. No es habitual un aeropuerto lleno en pleno confinamiento, sin embargo, miles de temporeros están de viaje desde Rumanía a Alemania a recoger espárragos y otras cosechas. Lo ha contado la cadena televisiva europea, Euronews, que emite en más de una decena de idiomas. Y aunque la medida ha creado polémica, no es tanta como podríamos pensar, en la Europa de las dos velocidades.

La Europa más hipócrita permite la entrada de 40.000 trabajadores en el mes de abril en Alemania, como si no pasase nada, como si no fuera a cambiar nada. Lo que corrobora la teoría de que puede que no nos transformemos tanto, cuando ésto haya pasado. Y es que pese a las restricciones y medidas de distancia social, el aeropuerto de Cluj-Napoca ha estado desbordado, por trabajadores que no tienen miedo de viajar juntos a Alemania. Pero no es su culpa. Las agencias de reclutamiento provocaron que las instalaciones se abarrotaran y no informaran a las autoridades.

En todo caso, la Fiscalía de Rumanía ha intervenido y ha abierto diligencias por supuesta infracción de la Ley sobre Pandemia. Y, mientras el Gobierno alemán se defiende y asegura que ha tomado medidas de protección en el viaje desde Transilvania y otras ciudades rumanas y que, a partir de ahora, los empresarios van a garantizar la distancia de seguridad en el transporte y en los grupos de trabajo en el campo. Cabe preguntarnos si no primarán más otros intereses. Porque lo que está claro es que será mucho más difícil que todos ustedes vuelvan a ver una imagen de ellos. Si acaso algún vídeo de propaganda en el que se recurra a actores.

Estamos ante la mayor crisis sanitaria conocida en le útimo siglo y, a la vez, ante la oportunidad histórica de cambiar algunas de las peores imágenes que hemos visto en los últimos años en nuestro campo con asentamientos de inmigrantes, utilizados como mano de obra barata y, en algunos casos, en condiciones de semiesclavitud, sí también en España y en la provincia de Albacete. Los que van a Alemania no tienen miedo y los de aquí, tampoco.

Ya no habrá irregulares, porque no quedará un ser humano de forma ilegal. Resulta que ahora incluso los pobres africanos que malviven, calificados de «vagos» por la extrema derecha, que vienen a «robar» y a los que VOX no quiere que se les coceda ni acceso a Seguridad Social ni sanitaria; ahora los buscan por todas las calles y las casas para poder realizarles los papeles y llevárselos a recoger sus cosechas, gracias a los permisos anunciados por el Ministerio de Agricultura. Se han visto ya merodeando a algunos empresarios procedentes de invernaderos cercanos a la provincia de Albacete -que parecen su propia caricatura- buscando en la Carretera de las Peñas, para ver quién lo hace por menos. Y también en el asentamiento cercano a La Pulgosa por si hubiera alguien escondido al que poder hacer, ahora sí, papeles.

La escasez de mano de obra es un problema en todo el mundo, no solo en Alemania. La degradación de las condiciones laborales en el campo, rebajándolas casi a sueldos de miseria, nos ha dado otra bofetada como consecuencia del virus. Resulta que ahora los trabajos peor pagados han resultado ser los esenciales.

Pero la intervención del Estado para garantizar una determinada renta, aunque con la mejor de las intenciones, puede ser desmoralizadora. Sobre todo para los trabajadores «no esenciales» españoles, que están en casa con dificultades y estarían dispuestos a trabajar en el campo si le pagaran, al menos, 60 euros al día. Parece ser que en Francia y Alemania sí están dispuestos a pagar a sus compatriotas, esperemos que los empresarios españoles agrarios estén a la altura. Encontrarían también voluntarios entre los universitarios que están en sus casas estudiando y que podrían aprovechar para ganarse unos cuantos euros hasta que puedan regresar a las aulas y beneficiarían la imagen del campo, contribuyendo a la economía de las familias de su país.

¿Son los agricultores de derechas o son los que más ruido hacen cuando no gobierna el PP?

Y es que una de las cuestiones más aceptadas es que los agricultores son de derechas. De hecho se sabe que tienen tendencia a movilizarse en las calles cuando gobiernan los socialistas. Es paradójico teniendo en cuenta que tanto el PP, como VOX y Cs están en contra de las ayudas del Estado a los diferentes sectores. Mientras el PSOE tiende más a subvencionar en las situaciones difíciles, como pasa incluso ahora a los agricultores para encuentren mano de obra, permitiéndoles compatibilizar la ayuda por desempleo. Pero también defendiendo múltiples ayudas públicas que suponen, en la actualidad, hasta un 40 por ciento la renta de agricultores y ganaderos en una región agraria como Castilla-La Mancha.

De ahí, la férrea defensa de la PAC del propio presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez en Europa. El primer presidente prácticamente bilingüe en inglés, que domina el francés y se maneja en italiano y portugués. Con esa seguridad se fue él mismo al Consejo Europeo para que no se perdieran los pequeños y medianos empresarios agrarios, es decir, los que cobran menos de 100.000 euros de ayuda al año de PAC. Lo contrario de lo que sucedió en nuestro país con Rajoy, Cañete y Cospedal que presumieron de negociación en la anterior reforma, habiendo expulsado del sistema a los que cobraban menos de 300 euros de ayuda en España. Lo contrario de lo que hizo Francia en su momento, por cierto, que decidió aplicar el recorte de Bruselas a los que más dinero percibían y no a los más débiles.

Así pues, los agricultores y ganaderos cuestan a los contribuyentes europeos una parte muy importante del presupuesto. Un dinero muy bien invertido porque garantizan la mayor seguridad alimentaria y calidad del mundo en el caso de España y Castilla-La Mancha, la primera región de Europa en la gestión de ayudas a la Agricultura Ecológica.

Precisamente, antes de que nos sorprendiera el COVID19, estábamos con estos debates porque, de nuevo, los países del Norte, entre ellos el Gobierno de Alemania que ahora se salta el confinamiento para contratar rumanos, andaba regateando el dinero de la PAC. Es bueno recordarlo ahora, cuando la mitad de los alemanes culpan a España e Italia por la crisis del coronavirus y se oponen, una y otra vez, a las peticiones de Roma y Madrid para emitir los dichosos ‘coronabonos’, para hacer frente a las consecuencias económicas, que parece que no va con ellos. Mientras que la tasa de mortalidad en Alemania es entre 5 y 6 veces menos que en España e Italia.

No sabemos qué pasará, cuando todo haya pasado. Pero ojalá toda la sociedad asuma su responsabilidad y nadie vuelva a mirar hacia otro lado cuando vea a seres humanos trabajando y viviendo como esclavos en pleno siglo XXI.

alemania, Covid19, europa, pac, rumanos, temporeros