BALONCESTO | Al final, no ha podido ser

Albacete Basket y el sueño de LEB PLATA

Miguel Ventayol

Durante esta temporada CBV Villarrobledo y Albacete Basket han hecho que vuelva a emocionarme con las canastas, lanzarlas y ver cómo las lanzan otros. Casi todos los domingos alternos he ido al Pabellón del Parque a dejarme la garganta y a disfrutar con mis amigos, con viejas glorias del baloncesto emocionados desde los incómodos asientos del pabellón; pero, sobre todo, con un equipo tremendo, centrado, serio a quienes no les vi despistes. Aunque traspiés hayamos tenido unos cuantos.

El viernes por la tarde me fui al Abelardo Sánchez, los peques celebraban un cumpleaños en los columpios, jugando a la pelota y merendando. Javi y yo nos miramos de reojo, era hora de actualizar Twitter en el teléfono, sufriendo, comiendo una patata frita, un nuevo ojeo, una almendra. De repente, cuatro mensajes seguidos. Albacete Basket gana su primer partido en Valladolid, frente al anfitrión y favorito. Nos alegramos, brindamos con zumo infantil y esperamos al partido del sábado frente al Plasencia, otro rival duro que venía de perder con Valencia.

Luego me fui a las redes sociales a darme un buen baño, porque no hay otra fuente para los del baloncesto; ni siquiera nos ha dado la federación opciones de seguirlo vía streaming (al parecer el dinero que los clubes dan a la Federación es para otras cuestiones).
68-72. Mi equipo de nuevo por encima de los setenta puntos, divertidos, alegres, duros en defensa.

El sábado llegó como llegan los sábados en Albacete, paseando, esperando a que llegara la tarde para mirar en Twitter, gracias a Fito Díaz, responsable de prensa del Albacete Basket, porque ni de lejos íbamos a poder seguir el ascenso de un equipo manchego vía Castilla-La Mancha Televisión.

Me puse delante del ordenador, empecé a gritarle ánimos a los chicos pero raro es que me oyeran desde Valladolid. Daba palmas, hacía comentarios y me dejaba llevar por la emoción.

Mi tarde la iba a dedicar a disfrutar del baloncesto, con un café en las rodillas, mientras Fito nos iba lanzando resultados y fotos de tres en tres.

Si el primer día el Albacete titubeó, el segundo no. 65-79. Ganamos, nos lanzamos mensajes de ánimo en TT y esperamos con los brazos cruzados al domingo por la mañana, confiando en que los jugadores pudieran descansar las emociones de dos días de finales seguidas. 65-79, muchos puntos. Muchas canastas, muchos kilómetros, muchas esperanzas.

Domingo por la mañana: Elías, Uge, Max, Fox y Ferry hacen los honores del último partido contra el filial del Valencia, en el banco a la espera, Bonete, Griffin, Juan Daniel, Gud, Vilches, y Blázquez mordiéndose las uñas.

El último partido empieza denso, apenas 12 puntos para el Albacete, la cabeza pesa, los músculos pesan. Pesa la responsabilidad. El segundo cuarto se anima, triples en ambos lados, el marcador se anima. Final del 2º cuarto, 37-32 favorable a Valencia. El tercero suele ser bueno para Albacete, Fox nos pone por delante, pero es en el último cuarto cuando el capitán, Diego Fox se echa el equipo encima y procura una ventaja de 9 puntos a cinco minutos para el final.

Twitter arde, se nota la tensión a pesar de la distancia, los aficionados y amigos actualizan y actualizan, incapaces de despegarse de teléfonos, ordenadores y tablets. Apenas unos minutos, la ventaja se desvanece, los nervios nos consumen. El Albacete pierde el partido contra Valencia apenas por 4 puntos, 66-70. Pero en las redes sociales priman los ánimos y el orgullo por el trabajo bien hecho.

El sistema de competición deja fuera al Albacete Basket debido al triple empate. De hecho asciende Valladolid, el primer equipo que cayó con los nuestros. Pero el deporte y los sistemas de competición son así.

La temporada que nos han brindado ha sido tremenda. En este equipo juegan todos, cuentan todos y en la fase final cada uno ha tenido su dosis.

El año que viene será mucho mejor. Haceos socios desde ya, apoyad al equipo, animad a los viejos cascarrabias del baloncesto a que vuelvan al Pabellón del Parque, aunque sea incómodo. Coged a los de interbarrios y llevadlos de las orejas.

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