Una carretera cualquiera, de las llamadas secundarias aunque haya más tráfico que en la autopista de Madrid a su paso por Albacete. Hasta cinco coches de Guardia Civil en la carretera una misma mañana, la misma donde hacen ‘rallies’ algunos chiquillos y otros mayores. La misma carretera donde algunos profesionales de la conducción, conscientes de los controles, quizás con navegadores y avisos, derrapan en las curvas más peligrosas y frenan en las rectas susceptibles de control.
Salir con el coche por las carreteras secundarias no es cuestión a tomar en broma, así cojas el volante, así te califican el resto de conductores. Así tomes las curvas o respetes las señales, así te identificas como persona. Así reacciones ante las multas, así afrontas los problemas de la vida.
Ya sabéis lo que dicen, que el volante es una extensión del propio cuerpo.
Esta semana la Guardia Civil de tráfico ha hecho miles de controles por las carreteras secundarias (en concreto 8.000), esas que llevan a todos y cada uno de nuestros pueblos, a donde apenas llegan ya los autobuses.
Los coches, motos, tractores, cosechadoras, bicicletas y caminantes perdidos, llenan (aunque parezca lo contrario) estas vías donde en ocasiones, si la mirada lo permite, puedes alcanzar los 200 km/h. así a lo tonto.
El problema es si te pillan, no si tienes un accidente o si lo provocas; el problema es el dinero porque los coches están hechos para correr, como las personas. Aunque no es lo mismo salir a trotar a la ruta del colesterol que apretar el acelerador en busca de nuevas sensaciones, porque lo dice el anuncio de Claudia Schieffer.
Lo peor, sin duda, es la multa.
Muchos guardias civiles avezados se colocan de manera simpática en recovecos de la carretera. Los más profesionales se instalan en puntos kilométricos concretos, donde su trabajo se nota de manera especial. Muchos guardias civiles te saludan con un buenos días, otros apenas gruñen un ¿sabe usted a qué velocidad iba? Ser profesional es una cuestión personal, lo eres o no lo eres, por mucho que entrenes. Pero la mayoría son profesionales como la mayoría de los conductores son precavidos. 400 multas de 8.000 controles.
A pesar de ese tipo que circula un día de niebla cerrada sin las luces. A pesar de ese tipo que adelanta en la curva sin visibilidad y hace salirse a la cuneta al coche que viene en dirección contraria. A pesar de los coches color carretera que circulan sin luces en días de sol cegador. A pesar del espabilado que adelanta con una niebla cerrada provocando cuatro peligrosos volantazos.
Son muchas las personas que se molestan cuando ven las carreteras con vehículos de Guardia Civil, pero son muchas más las que saben que ese día la carretera será un poco más segura.