Las buenas expectativas que se habían creado durante el inicio de la primavera, por las abundantes lluvias, se han desvanecido con las temperaturas tan bajas registradas en las últimas semanas y que han provocado que la variedad Bobal sufra la marchitez fisiológica. Esta fisiopatía, que puede destruir total o parcialmente las inflorescencias, es a causa de condiciones climatológicas adversas para el desarrollo vegetativo de la variedad durante la primavera tales como: descenso de temperatura por debajo de 0ºC, contrastes hídricos acusados y deficiente iluminación.

La variedad Bobal es la autóctona y predominante en las comarcas de La Manchuela conquense y albaceteña. La importancia de esta variedad radica, precisamente, en que la producción de esta uva supera en más de la mitad a la de otras variedades entre estas dos comarcas. Se calcula que hay 50.000 hectáreas de viñedo dedicadas a la variedad Bobal, 4.000 incluídas en la DO Manchuela que producen al año 200.00 hectolitros de vino. Siendo un vino muy demandado por el mercado internacional al ser una variedad del terreno difícil de encontrar en el mundo. Es por ello que, desde UPA temen que las cooperativas y bodegas de la comarca sufran una disminución importante en su producción con respecto a una campaña normal.

Aún es pronto para hacer una valoración exacta de los daños pero lo que sí se puede constatar es que el perjuicio causado es importante y los viñedos afectados quedarán debilitados no solo para este año sino también para el siguiente.

MANCHUELA CONQUENSE

A esta bajada importante de la producción, ocasionada por la marchitez fisiológica, habría que añadir la pérdida importante de producción ocasionada por las tormentas de granizo que han afectado sobre todo a la zona de Cuenca donde municipios como: El Picazo, El Peral, Villarta, Villagarcía, Graja de Iniesta y Motilla de Palancar verán disminuir sus producciones considerablemente.