Os aviso: muchas librerías hacen descuento, en el Altozano hay mesas cargadas de literatura y os quedaréis sin excusas.

Leer es muy bonito, es una droga tremenda. Pero por desgracia tiene truco, te engancha, te obliga a consumir más y mejor. Lo peor de todo, despierta tu mente y agiliza tus sentidos, cualidades que en el siglo XXI podrían pasarte factura.

El inconveniente es que, si eres comprador habitual, las librerías ya te ofrecen ese mismo descuento. Es como la tarjeta de los supermercados, si eres habitual, el librero te hace descuento. Y, por favor, no caigas en la tentación de comprar libros porque un centro comercial con pinta de falsa librería, te regala una bolsa…

Si eres de esos a quien el paro y la crisis le ha pillado de verdad y te sientes incapaz de gastar dinero, siempre podrías encontrar un hueco tranquilo en la biblioteca donde leer con disimulo. Tranquilo, cientos de vagabundos han utilizado las bibliotecas para esconderse, refugiarse. Vagabundos, locos, opositores, enamorados, incluso personas que iban a leer.

Cuando llega el Día del Libro, se habla de libros.

No te preocupes si, al encender la tele o Internet, compruebas que te gustan los mismos libros que a un concejal, un ministro o incluso al presidente Obama. No te desanimes, sólo son casualidades fruto del marketing y la mala suerte.

Tú sigue a lo tuyo, podrías descubrir joyas incluso entre la basura, como afirmaba Robin Williams en El rey Pescador, una película que podría conducirte a leer leyendas artúricas, o historias de la radio.

Puedes aprovechar la tarde de primavera, o el día entero si eres uno de esos 50.000 ociosos desempleados. Puedes visitar tu librería favorita y aprovechar el descuento. También podrías hacerlo por Internet, es una decisión tuya.

O puedes ir a la biblioteca, la solución más económica de todas.

A veces incluso se liga, si estás en edad y disposición de hacerlo. Porque no hay nada más sexy que una persona con un libro bajo el brazo, pero un libro de verdad, nada de ebook, ahora cualquiera lleva un libro electrónico o un teléfono grande como quien lleva una pulsera.

Los hombres y mujeres con libros parecen más altos, de mirada más profunda y sonrisa más atrayente.

La pega es que tendrás que contarles algo entretenido y divertido, no vale una frase cualquiera como ¿qué hace un chico como tú en un Altozano como éste? porque se volverán a sus lecturas, sus letras, historias con las que huir o zambullirse de lleno en espacios personales.

Puede que ahí dentro, ellos, como tú, como cualquiera con dos dedos de frente, encuentren un mundo subterráneo, unas cuantas balas volando sobre sus cabezas, asesinatos sin resolver o resueltos por una mente hábil. O puede que sólo encuentren besos apasionados y amores sin caducidad. Puede que encuentren la verdadera historia de la ciudad sin historia, o cómo sobrevivir en el intento.

En cualquier caso, lee.