Hasta el 13 de febrero en la Sala de exposiciones albaceteña Centro Cultural La Asunción, C/ Las Monjas, 2, podremos disfrutar de las obras de la pintora Rosa Monteagudo.

Esta exposición es la segunda a nivel individual realizada por Rosa en la ciudad de Albacete, la primera fue en 2011 en el museo municipal. La exposición incluirá pinturas realizadas en los últimos tres años, sesenta obras entre óleos sobre madera y acuarela donde se podrán ver desde los trabajos urbanos y de multitudes hasta los más recientes, cuando la pintura se vuelve más íntima en espacios interiores.

¿Por qué la exposición es titulada «Momentos inventados y otras historias»?

Me gustan los momentos invisibles, los que transcurren casi sin darnos cuenta, en el día a día y que se repiten una y otra vez. En el caso de mis pinturas, son inventados, pues los modelos están posando para mí. No son momentos reales en sí mismos. Además, hay que añadir que cada cuadro se acompaña de un texto, de una historia, que escribo casi siempre nada más terminar la obra y que algunas veces publico en el blog donde subo algunos de mis trabajos. Son momentos e historias que yo misma decido inventarme, aunque se inspiran en la realidad de los que tengo más cerca.

¿A qué se debe el paso en tu pintura de plasmar masas de gente a retratos íntimos?

He estado viviendo unos cuantos años en ciudades como Albacete o Valencia. Allí el ir y venir de las masas casi no cesa, es continuo. Eso debió de influir en los temas de mis trabajos. Me impactó mucho, sobre todo al principio, las multitudes que pueden llegar a concentrarse en algunos momentos. Supongo que el paso a temas más sosegados, tranquilos, más solitarios incluso, se debe a mi vuelta al pueblo, donde tengo el estudio y donde ahora mismo encuentro mayor concentración para trabajar, además de buena luz y mayor espacio. Aquí la vida es muy diferente, y supongo que eso es lo que me ha llevado, casi sin darme cuenta, a trabajar este tipo de obras. Más que retratos, yo los calificaría dentro de acciones íntimas.

¿Qué quieres transmitir con tus obras?

Quiero que el espectador disfrute, se conmueva y, sobretodo, que sienta. En mis últimas pinturas estoy indagando en la búsqueda de la belleza: en las poses, en los tonos de la piel, en la elegancia de la luz natural, y me gustaría que ese sentimiento sea compartido. El arte está hecho para emocionar, de una u otra manera, y ese es al fin y al cabo mi objetivo. En medio de un mundo de guerras, crisis y caos, la sensibilización por el arte puede ser una útil vía de escape.

¿Cómo ves el panorama artístico en España?

En cuanto al mercado del arte, complicado. Bastante complicado. Muchas galerías de más de treinta años en vigor se han visto obligadas a cerrar sus puertas y eso dice mucho del panorama actual. En cuanto a la calidad, lo que está claro es que hay un abanico de tendencias artísticas, de artistas y de oferta en general más amplio que nunca. No se si eso es bueno o malo. A mí particularmente me atrae la pintura de muchos andaluces, madrileños y valencianos, pero supongo que es una cuestión de gustos.

Háblanos de tus proyectos actuales y futuros

Ahora mismo estoy centrada en este proyecto, no sé hacia donde lo desviaré mañana. Me gustaría indagar en un toque algo surrealista, tal vez como el último cuadro que he realizado donde las flores del vestido invaden el espacio, pero todavía está en el aire. Después de una exposición de cierta envergadura, me gusta hacer un pequeño parón para reflexionar y asentar ideas, y dedicar un tiempo también a los concursos, a ver y a absorber.

¿Qué estilos y movimientos artísticos se ven reflejados en tus pinturas?

Creo que la influencia de la escuela de valencia es innegable. Tuve muy buenos profesores y aprendí mucho, y creo que todavía en mis cuadros puede verse reflejada la manera de trabajar que allí transmitían. Intento no desligarme de la figuración (aunque las pequeñas partes del cuadro alberguen un aire abstracto), pero no sabría clasificarme a mí misma en un estilo concreto.

¿Qué dificultades has encontrado/encuentras para ser artista?

Ser artista en sí es una dificultad. No corren buenos tiempos para vivir de ello, pero no hay que perder la esperanza. La constancia y el trabajo traen siempre de la mano buenos frutos, y poco a poco se pueden ir recogiendo. Aunque bien es cierto que hay escaso apoyo por parte de algunas instituciones a la cultura en cuanto a subvenciones o becas para el desarrollo de proyectos artísticos. Creo que corren tiempos en los que, más que nunca, necesitamos el arte para humanizar y sensibilizar a la gente, y eso debería considerarse como un bien de interés general y debería tener más apoyo público.

¿Cuál ha sido el tiempo máximo que has trabajado en una misma obra? ¿Y sin parar?

Tengo que reconocer que no dispongo de la paciencia necesaria para trabajar el detalle, algo que el mismo Antonio López ha intentado enseñarme en los cursos que he podido trabajar con él, y que me lanzo con mucha energía cuando empiezo la obra y que quizás al final me cueste un poco más acabar el cuadro, pero lo que está claro es que cada cuadro es un mundo y que no podría calcular el tiempo, pues en verano dispongo de más tiempo para trabajar y avanzo mucho más rápido, además de que la pintura, al secar más rápido, me ayuda a adelantar el proceso, y en invierno el proceso de un ejercicio se alarga mucho más.

¿Recuerdas cuál fue la primera obra que vendiste?

No recuerdo exactamente cual, pero sí recuerdo unas cuantas. Estaba todavía estudiando en valencia cuando decidí lanzarme. Empecé a presentarme a algunos concursos de pintura en los que recibí algunos premios y una cosa me llevó a la otra. Fue entonces cuando empecé a pensar que quizás no era un mundo tan difícil. Empecé a vender mis primeros lienzos y ello me llevo a comenzar con las primeras exposiciones individuales. Unos diez años habrán pasado y creo que lo más importante es lo que he aprendido en el trayecto.

Conoce más de Rosa en: http://albacetecuenta.com/2015/03/08/rosa-monteagudo-otra-numero-1-de-fuentealbilla/