La propaganda en la TV de Castilla-La Mancha

CMT TV | «Así se las ponían a Fernando VII»

Rojo De Boquilla

La noche del pasado jueves, sin esperar, la presidenta de Castilla-La Mancha nos deleitaba con una comparecencia en “su” televisión regional, ya que como todo el mundo sabe, RTVCM es suya y de Nacho Villa porque  en  ese medio no se mueve nada sin su autorización. A  mediodía, los que nos dedicamos a esto del periodismo, supimos que se estaba grabando un programa especial en el Palacio de Fuensalida y que no se habían escatimado medios técnicos para su realización.

Comprobé la parrilla de programación para informarme a qué hora lo emitirían y pude comprobar con asombro que su emisión estaba prevista para las once y cuarto de la noche,  justo después de un tostón de película como “Los ángeles de Charlie”. Alguno nos preguntamos ingenuamente  si el programador era algún profesional que todavía queda de la época de Candau -aunque lo dudo- pero programar este tipo de formatos  tan tarde  un jueves y con el perfil de la audiencia de esta televisión que en su gran mayoría son personas mayores parecía muy poco acertado. Pero  dejemos estos pormenores y vayamos al grano,  me costó muchísimo verlo entero para poder contarlo, ya que pasábamos de un disparate a otro.

Primero, la puesta en escena fue realmente horrorosa, dos filas de invitados, y digo bien “invitados” ya que todos no eran periodistas, había hasta directores comerciales (que el día de antes estaban vendiendo publicidad en una peluquería y  al día siguiente preguntándole por agricultura a la presidenta).

Fue un sin sentido, yo no conocía a casi nadie o porque son recién llegados, o son de segunda fila, o no se dedican a la información (como el publicista). La moderadora hizo pocas presentaciones de los contertulios, y sin más comenzaron las preguntas en bloques de política autonómica, sanidad, educación, fomento, agricultura y temas nacionales.

La presidenta -sin un papel- recordaba datos, cifras, dominaba a la perfección todas respuestas. Antes de terminar la pregunta respondía rápidamente,  supongo que si eso hubiese sido una oposición a juez o notario habría obtenido un 10 ya que sabía de todo y sin dudar (como si se hubiese preparado previamente el temario). Yo, humildemente tengo muchísimas dudas de que no supiera qué preguntas le iban a hacer ya que todo estaba diseñado para el lucimiento, y lo más importante, sin preguntas comprometidas.

No hablaremos de las preguntas que le realizaron pero sí de las que no le hicieron.

No habló de la saturación de los hospitales, no habló del abandono  de la dependencia, no habló de la reforma del Estatuto con la reducción de diputados, no habló de la reducción de sueldos de los diputados, no habló de los 200.000 euros de Barcenas, tampoco mencionó nada de la reducción del profesorado, de los ratios en las aulas, etc. Por cierto, no nombró a Emiliano García Page, y mucho menos la propuesta de adelanto electoral, todo fue bonito y de color de rosa.

La presidenta lanzó el mensaje que quiso lanzar y nada más pero, qué casualidad, le preguntaron todos los temas de lucimiento personal y los de cierta dificultad se olvidaron.

Después de este pasteleo, como era de esperar la audiencia le dio la espalda y obtuvo una paupérrima cifra de 28.000 espectadores, superada ampliamente en el mismo canal autonómico  el mismo día por el programa deportivo “La Cancha”, con 52.000; “El Mirador”, con 55.000 e incluso tuvo más audiencia la película de vaqueros de la tarde de los años cincuenta, repetida hasta la saciedad, que obtuvo 32.000.

En definitiva, creo que el tiro les salió por la culata y que lo que pretendían no lo consiguieron, ya que no les vio ni el tato. Tantos medios técnicos y tantos invitados para nada. Si quiere que la vean organicen un debate cara a cara entre la presidenta y Emiliano García Page en horario estelar con un moderador imparcial y entonces tengan por seguro que la audiencia no les dará de lado.

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