Leo con interés un comunicado de la Dirección General de Policía dondenos explican que una red de traficantes de droga captaba desempleados para ofrecerles trabajo, ¿dónde?

En la cola del paro, ¡claro!, donde más gente desesperada hay con ganas de ponerse a trabajar.

Ha sucedido en Murcia, tampoco está tan lejos. Puede que sea un disparate pero son situaciones que ocurren, historias que pasan a diario.

Por otro lado, es una lección de Recursos Humanos a tener en cuenta.

El inconveniente no es que sea ilegal, sino que te pillan. Porque cosas ilegales hacemos casi todos a diario, con el salvoconducto del no nos pillarán.

Pero sí, una banda se aprovechaba de las personas más o menos desesperadas y con cierto perfil para dedicarse al empeño.

Esto me recuerda una época de mi vida dedicada a la ayuda de personas con problemas con las drogas. Procurábamos ayudarles a buscar trabajo y en muchos casos lo conseguíamos, eran otras épocas, claro. Pero aún así muchos eran conscientes del dinero que habían ganado con su vida en la calle y las opciones que una vida normalizada les ofrecía.

Las cuentas no salían… el balance caía del lado oscuro.

Un día, en un plan de empleo del Ayuntamiento, una de estas personas me dijo enfadado que por 800 euros no iba a trabajar porque ganaba más en la calle, por duro que fuera y sin tener que aguantar a nadie. Recordemos que era la época del mileurismo.

Prefería vender drogas, a pesar del riesgo, a pesar del daño, a pesar de la familia, a pesar de la cárcel, a pesar de los pesares. Y eso en la época en que había trabajo para casi todos.

No es una justificación, es solo un relato de algo vivido. De algo que ha sucedido y está sucediendo.