Que el baloncesto de la provincia de Albacete está disparado lo sabe hasta el más tonto del pueblo. Que el baloncesto no recibe el apoyo y ayudas que debería lo sabe también hasta el menos espabilado. Hay que tirar de imaginación, voluntad y manos voluntarias.

De ahí que los chicos del baloncesto busquen alternativas y saquen proyectos de donde no hay nada. Bueno, nada, nada, no. Hay ideas, buenas intenciones y decenas de posibilidades de futuro.

Sucedió la temporada pasada en el CBV Villarrobledo donde su entrenador Boris Balibrea se desplazó a Senegal, a la ciudad de Louga a compartir con los chavales unos días de baloncesto con uno de los jugadores estrellas del equipo roblense: Mohuamadou Diop.

Balibrea se cargó de ilusión y material deportivo y se lanzó a una aventura que, valga el topicazo, le cambió la vida. Pero cuando una cosa es cierta y se te cuela en la sangre, los tópicos están bien usados. Él no es reacio a este tipo de frases: “Tengo la mente puesta en que cambiar el mundo es posible”.

Rec in your Memory. Asociación sin ánimo de lucro.

Cuando Boris volvió de Senegal, del campus de Louga, era consciente de que debía hacer algo. Y antes de terminar el verano ya estaba en marcha su proyecto de Rec in your Memory, Asociación sin ánimo de lucro dedicada a promocionar la práctica del baloncesto.

El proyecto es tan sencillo como atractivo: baloncesto y ayuda a los chavales de Louga, ciudad de Diop. Una región donde encuentras a jugadores en las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, en Europa e incluso Argentina. Hay cantera, a pesar de tener los recursos justos, justitos. Tan apurados que un entrenador como Boris Balibrea se ha puesto manos a la obra para darles una oportunidad a quien no la tiene.

A esos chicos que le han regalado, en apenas una semana, una visión nueva de la vida.

El proyecto nace del propio campus celebrado este verano. En 2015 se celebrará otro, con más días y una organización diferente, donde, además del propio campus, se organice una liguilla de verano.

Los chicos podrán así distribuirse en varios equipos de diez o doce jugadores, entrenarse en pistas distintas en horario de mañana y, por la tarde, disputar la competición.

La asociación gestionará los recursos para disponer de equipaciones para todos y cada uno de los equipos, así como regalos para los ganadores, los jugadores más valiosos (MVP), etcétera.

¿Cuál es la novedad entonces?

Su permanencia en el tiempo como base. A partir de ahí, según la gestión de fondos y los recursos y ayudas que se puedan recaudar (tarea en la que ya se han puesto manos a la obra con personas cercanas al club CBV Villarrobledo y el mismo Boris Balibrea), el proyecto tendrá varios pilares.

La organización del campus, el arreglo y mantenimiento de la pista de baloncesto, el envío de material deportivo relacionado con el baloncesto de manera continuada, ofrecer becas de verano para el campus de Villarrobledo, el campus del propio Boris Balibrera y otros de clubes ACB aún por concretar. Y, finalmente, becas para jugadores durante la temporada entera en clubes españoles.

Lo que apenas son cuatro líneas es un proyecto serio, complicado pero que cuenta con una sencilla lanzadera: la energía y el temperamento de Boris. Lo tiene tan claro que no permitirá que ningún obstáculo le distraiga. Su objetivo es “hacer más pero de manera organizada, dar un salto de calidad”, porque este verano ha visto que en Louga hay muchas necesidades y él ayudará como ha aprendido compartiendo con ellos el campus de 2014: dar sin pedir a cambio. “Dar aunque no tengas”.

Es tan sencillo como vergonzoso escribirlo.

Así que Boris contactó con gente de confianza, gente que piensa de manera similar a la suya, amigos gestores, manos que ayudan, brazos que no se doblegan al primer golpe. Una mezcla de personas con una juventud arrolladora y otras con experiencia empresarial y en gestión.

El proyecto pretende enganchar a la propia sociedad de Louga, sus gentes y jugadores, así como antiguos baloncestistas (hay muchos jugadores internacionales que proceden de esta región senegalesa). Cuestiones tan básicas como la remodelación y el cuidado de las pistas de baloncesto, que tomen conciencia de que es algo suyo, pintura, banderas, canastas, un espacio deportivo completo.

Según explica Boris, la idea tiene un recorrido a medio y largo plazo, no quieren dejarlo en la construcción de unas pistas y ya. Basados en la transparencia (son conscientes de la mala prensa que tienen algunas asociaciones) de proyecto y económica, irán completando fases hasta donde puedan, según los recursos obtenidos, según la financiación anual; porque tiene claro que no es solo una cuestión monetaria (en exclusiva), sino de voluntad, compromiso y apoyos. Balibrea afirma que “encontrará el dinero necesario”, así como encontrará material de baloncesto, desde zapatillas, camisetas, petos o pizarrillas de entrenador.

De ahí que quiera blindarse a ciertos clubes arribistas que pretendan encontrar jugadores jóvenes a bajo precio para obtener resultados deportivos a corto plazo sin implicarse con los chicos. “Los jugadores que obtengan una beca, tienen que completar sus estudios. El proyecto se basa en ambas cosas. Si no se terminan los estudios, finaliza la beca”.

Han recibido buena respuesta de algunos campus de renombre nacional (no los citamos por cautela) para recibir a estos jóvenes jugadores becados por el proyecto de Balibrea.

Ya se han puesto manos a la obra. Ahora toca desearles lo mejor, y si eres de esos que también cree que se puede hacer algo, hazlo.