Llevamos cuatro meses o seis, o veintisiete, ¿cuánto tiempo ha sido?, escuchando a unos partidos y otros decir que no hay Gobierno porque el otro partido era más malo «qu’el baladre». Parece definitivo que habrá elecciones el próximo 26 de junio, día de San Josemaría Escrivá de Balaguer, Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas. No lo digo yo, el calendario es así.

Parece definitivo que habrá elecciones el domindo día 26, si el domingo del primero de mayo, ¡tiene guasa la cosa! No llegan a un acuerdo in extremis que salga adelante el 2 de mayo, festivo en Madrid, ¡doble guasa! Verás como llamen a la gente de Madrid a trabajar con carácter extraordinario, con el tiempo que han tenido…

Negociaciones, pactos, descalificaciones, ¡cuántas cosas pasan en Madrid! Mientras que aquí en Albacete, vivimos tan rebién: ayuntamientos tranquilos, ambiente laboral calmado, bancos instalando sedes, terrazas sirviendo caracoles…

Pero recuerda que los votos y las elecciones son generales y los votos salen de ti, de mí, del frutero, de la abogada y del periodista que cobra 750 euros al mes.

Ahora les toca a los partidos políticos, grandes, pequeños y medianos, convencernos a todos en Almansa, La Roda, Villavaliente, Fuente Albilla y Ossa de Montiel, que es la mejor opción: votar.

Ahora le toca al alcalde de pueblo, al político no profesional de pueblo, explicarle a sus vecinos que… bueno, lo que consideren oportuno explicar para que el día 26 haya alguien votando.

Ahora les toca a los partidos políticos liarse entre ellos a ver a quién ponemos, a quién no, si mantenemos a los de antes o si los de antes no molan. Y echar cuentas.

Volver a bajar a la arena del vendedor de enciclopedias, de seguros, de mantas, de electricidad, de gas natural (con todos los respetos a estas profesiones, pero que saben lo que es el puerta fría).

Dicen los medios de comunicación generalistas, los que no son de pueblo, vamos; que los responsables de los partidos han empezado ya la campaña. Pero la campaña real no se ha iniciado todavía, con lo cual, cualquier votante de «izquierda, izquierda; derecha, derecha; delante, detrás…», ¡o yo qué sé!, lleva meses escuchando a gente de Madrid hablar de cosas de… Madrid, o Barcelona y Valencia, ¡como mucho!

Es entonces cuando los partidos (con un presupuesto más ajustado porque así dicen que dijo el rey) empiezan a hacer campaña por los pueblos. Vete a Elche de la Sierra, vete a Nerpio o a Molinicos. Vete a Caudete, a Alpera o a las Peñas de San Pedro.

Y si a estas cosas pequeñas y sin importancia le unimos que en la provincia de Albacete tenemos la mala costumbre de celebrar San Juan, irnos de cachondeo, irnos a la playa, a Murcia, Alicante, Valencia o rascarnos la barriga en las parcelas, «pues mire usted, me viene mal ir a votar ese fin de semana».

El caso es que ya estás buscando excusas para que no te llamen de presidente de mesa, secretario y, si me apuras, de interventor.

O ya te estás buscando una buena justificación para que vayamos a votar a tu partido.